Pocos días después de la salida por el Cap de Creus, volví a la carga con la canoa. Esta vez elegimos un escenario mucho más tranquilo, el Ebro, que ya había visitado hace un par de años entre Móra y Miravet. Ahora palearemos por el tramo anterior, desde Vinebre hasta Móra, con la organización de Eloi y Patxi y la compañía de Sonia y Santi, que se bautizaron en el mundo del kayak.
Desde allí nos dirigimos al embarcadero de Vinebre. Preparando el material...
...y al agua patos. Sonia dando sus primeras paleadas en el Ebro
En seguida llegamos a la illa de Beanta
La rodeamos por la izquierda, aquí todavía se oye el ruido de la carretera
Al otro lado de la isla, hacia atrás, hemos dejado la pared del Solà dels Mugrons
Por esta zona el ruido ya no molesta... una tranquilidad total
Nos dirigimos ahora al Pas de l'Ase; por la derecha se esconden la vía del tren y el GR 99
Primera parada técnico-gastronómica en un islote...
...bautizado por algunos lugareños como l'illa de la Independència
No hay comercios, bares, hoteles ni restaurantes; de hecho, ni siquiera hay posibilidad de estirarse, ya que los pies se hunden medio palmo a cada paso. Así que cada uno va a estirar las piernas como mejor le parezca. O no
Continuamos la marcha, pasando a la orilla derecha para disfrutar de un bonito y frondoso bosque de ribera
El Ebro baja prácticamente llano, es una delicia navegar por aquí
Además, de vez en cuando aparece alguna sirenita de río
Bajamos muy tranquilos, sin ninguna prisa... Algunos no paran de jugar...
Más o menos a mitad del trayecto aparece al fondo la iglesia de Garcia
Más cerca, se ven también las casas del pueblo en la orilla
Vista hacia atrás, al fondo la Serra de lo Tormo y a la derecha el cementerio de Garcia
No llegamos a detenernos en el embarcadero... los niños no paran de jugar y se nos va a hacer tarde
Así que dejamos García atrás, pasando bajo el puente del tren...
...y tras dejar de lado algún alcantilado más...
...nos dirigimos al brazo que rodea por la derecha la illa de Sovarrec
Esto sí que parece la selva amazónica, un silencio sepulcral sólo alterado por los graznidos de los pájaros y los rebuznos de algún/a integrante del grupo
Lo único malo que tiene es que está repleto de algas por todas partes, dificultando la navegación
A veces, parece que ni siquiera el agua se mueve
En este tramo tenemos que tirar de brazos para no quedarnos encallados entre las algas
En fin, un poco de esfuerzo y salimos de nuevo al brazo principal, con las montañas de Tivissa al fondo
Unas pocas paleadas más y ya tenemos Móra a la vista, final de trayecto
De nou gràcies a l'Eloi i al Patxi per la vostra companyia (i la vostra paciència, tot s'ha de dir)
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