Les Agudes (I), o no siempre va a salir todo bien

Hubo un momento en que no sabía cómo iba a salir de ahí, ni si podría llegar a explicar esto. Y no me gusta adelantar los finales, pero desde el momento en que lo estoy escribiendo, es que la historia no acabó mal. En 5 años desde entonces he ido relativizando (no digo olvidando) el mal momento que pasé y que le hice pasar a Marc, pero la lección que aprendimos ese día se nos va a quedar para siempre.

Hacía poco más de un mes que nos habíamos conocido Atreyu y yo, en la 1ª KDD catalana Mendiak al Matagalls, y a la que llevabamos un rato charlando, salió la idea de ir a hacer els Castellets, esa cresta tan interesante entre Sant Marçal y les Agudes. No tardamos demasiado en ponernos de acuerdo: eso fue en diciembre, y a finales de enero ya nos llamábamos para quedar. El primer fin de semana de febrero, sábado a primera hora, nos plantábamos en el Coll Sesferreres, en la carretera de Sant Celoni a Viladrau, para atacar les Agudes por els Castellets.




Por comentar, quizá hacía 10 o 15 años que yo no hacía una salida en nieve. Ni que decir tiene que no llevaba crampones ni piolet, de hecho no había tenido nunca esas cosas... Y es más, llevaba bastones (que me podrían haber ayudado en algo, visto lo que vino después), pero me los dejé en el coche. Total, pa qué??? si se ve poca nieve...



Primer error: ir a la montaña sin el material adecuado
Así es como se producen la mayoría de los accidentes

Dejamos el coche y empezamos a remontar el cómodo sendero que parte de Coll Sesferreres, en dirección a la cresta dels Castellets, a la izquierda de les Agudes.



Se va subiendo más o menos por el cordal; el bosque estaba bonito con ganas



De tanto en tanto, se abren los árboles para dejarnos ver la cima



A partir del Coll Saciureda Baix empieza propiamente la carena; todavía podremos flanquear por un lado u otro los pasos más complicados



Detrás nuestro, el Matagalls parece más libre del blanco elemento...



...mientras que Santa Fe y el Turó de Morou ofrecen un paisaje alpino total



En el Coll Saciureda de Dalt empezamos a tener los primeros problemas: había más nieve y estaba más dura de lo que esperábamos. Nos costó superar algún paso, principalmente por el patio que teníamos debajo en caso de resbalón



Segundo error: no se pueden infravalorar los elementos.
Dijo Murphy que si algo puede salir mal, saldrá mal... lo que traducido al caso, quiere decir: seguro que te encuentras la nieve en peor estado del que te esperabas

Conseguimos a duras penas superar ese paso, pero al siguiente obstáculo se empezaron a torcer las cosas. Un resalte en terreno mixto que yo pude superar, pero donde Marc no se vio con ánimos. Quizá es que le saco medio palmo de altura y me pude agarrar mejor, quizá fui más irresponsable y no valoré el peligro del hielo... La cuestión es que él estaba abajo y no se atrevía a subir, y yo estaba arriba y no me atrevía a bajar. Solución? yo continúo por la cresta, siguiendo un grupo que teníamos delante, y él se va flanqueando hasta encontrar el camino; y ya nos veremos en la cima.

Tercer error: separarse



En fin, seguí más o menos detrás de ese grupo... Ya tuve un primer aviso cuando vi que las huellas que iba siguiendo se paraban de golpe y daban media vuelta: delante tenía una placa de hielo inclinada, con una caída de un centenar de metros al lado que seguro me hubiera enviado directo al otro barrio. Di la vuelta yo también y me fui por el filo de la cresta, que todavía era transitable.

Mientras tanto, no me cansaba de mirar esa silueta... a que es bonita?



Por otra parte, el cielo radiante con el que habíamos empezado el día se estaba estropeando. El Matagalls y la Calma sobresalen encima de la niebla que ya cubre el valle del Tordera


Al llegar a los pies del coloso, les perdí la pista a los que iban delante mío, y ahí si que no lo vi nada claro... El tramo final, la "cresta" propiamente dicha, tiene algunos pasos donde un fallo se paga muy caro, y aquí más de uno se ha quedado en el intento. Sin material, con nieve y con tramos helados, al menos tuve suficiente conciencia (la que me faltaría después) para ver que me iba a meter en un marrón



A menos de 200 m. de la cima, me volví para abajo; no a deshacer el camino ya hecho, sino que fui siguiendo un torrente, con la esperanza de que, si no me cruzaba con Marc (o sus huellas), al menos podría bajar hasta encontrarme con el GR5, que sube por la tartera.



Por el camino, caramelitos helados por todas partes





Debí bajar unos 200 m. hasta que encontré una traza de camino que me dejó al principio de la famosa tartera (pedrera) de les Agudes, que me tenía que llevar hasta prácticamente la cima. Entonces me cargué de ánimo y subí a buen ritmo, clavando la punta de la bota para tener más seguridad. Incluso veía gente delante mío, así que ya no veía ningún inconveniente por delante. Ninguno?? Nada más un pequeño error de cálculo...

Esos que tengo delante van por el lado derecho; yo por el izquierdo...



...y aunque pueda parecer una tontería, ese pequeño detalle me complicó del todo la existencia. Ellos salieron por el tramo final de la tartera, mientras que yo me encontré, cuando creía que estaba alcanzando la cima (otro error de cálculo) con un muro de piedra y nieve por delante que me impedía continuar...



...y valorando la otra opción, volver hacia abajo... tenía toda la tartera por delante y la nieve estaba más dura que antes (ya que aquí no había dado el sol), combinación perfecta para acabar pegándome un chapuzón en las pozas del Tordera, 300 m. más abajo, si no me rompía antes los huesos con un árbol o algún pedrusco.

Cuarto error: no te metas en un sitio del que no sabes seguro que podrás salir



Mientras tanto, Marc había llegado a la cima, coincidió con el grupo que había llevado delante por la cresta y le dijeron que no les había seguido; como para empezar a estar preocupado.


Voy a copiar ahora lo que comenté, un año después, en un hilo de Mendiak a propósito de los accidentes de montaña; creo que no lo puedo explicar mejor que entonces:

" (...) Estarme casi dos horas quieto sin poder moverme más de medio metro a la redonda, me dio tiempo para repasar todas las opciones posibles y para analizar todas las causas de porqué estaba en esa situación.

En mi caso concreto, ahora (...) puedo decir que fue una gran irresponsabilidad por mi parte el meterme por una pala inclinada de nieve dura sin más material que mis botas. Pero en el momento ni me di cuenta. La confianza de estar en un terreno conocido, muy cerca de casa, el tiempo que había empezado bueno, una pareja que tenía un poco más adelante... y sobre todo un error de cálculo me hizo pensar que la cima estaba más cerca de lo que realmente estaba. Y cuando creía que iba a hacer cima... dije coño, si por aquí no puedo subir más! Y eso que había subido como pedro por su casa, pero donde pensaba que estaba la cima, había un paredón del quince y todo nevao...

Miré para abajo y la opción que tenía era ir bajando por la pala, intentando llegar hasta unos arbustos y frenarme en ellos en caso de poder llegar, ya que no estaban del todo en mi vertical, y luego volver a deslizarme hasta otros arbustos, y así hasta el fondo de la tartera, PERO con el agravante de que ya no me cabía error de cálculo porque si fallaba, me iba a comer toda la pala enterica. La nieve estaba dura y fría, y no veía posibilidades de frenarme por enmedio. El desnivel era de unos 250 m. hasta el fondo del barranco y no tenía ni unos tristes bastones para pararme.

En ese momento y dadas las circunstancias, creo que elegí la opción correcta, mejor dicho, se dieron las circunstancias para que pudiera elegir esa opción, que fue llamar a Atreyu por el móvil y que bajara al rescate. Menos mal que él llevaba pintxos y piolo, que había cobertura, y que me pudo encontrar. De otra manera, sin cobertura o habiendo subido yo sólo, o si él tampoco hubiera tenido material o no me hubiera encontrado solo podía haberme arriesgado a tirarme tartera abajo... y aunque Atreyu (a quien nunca le agradeceré lo suficiente el haber estado ahí en ese momento) me comentó luego que podría haber salido de ahí, lo cierto es que tuve ese... ¿cosquilleo? de que no lo ves claro. Te juegas demasiado... "



Atreyu estaba en la cima esperándome, las noticias que tenía de mí no eran las más alentadoras y encima recibió una llamada en la que lo primero que oyó por mi parte fue "Socorro!". Le intenté explicar el lugar donde me encontraba y en seguida se fue a buscar la tartera.

A mayor abundamiento, en el tramo final de ésta se encontró un hombre con su perro que estaban poco más o menos en la misma situación que yo. Por lo que me comentó después, el pobre perro no se le separaba de las botas, al ver que podía andar sin resbalarse... Le ayudó de la misma forma en que me sacaría a mí después, clavando escalones con los crampones durante un buen rato hasta que pudo tirar por sí sólo. Al volver a bajar, Marc le pidió uno de los bastones que llevaba, que luego nos sería de gran ayuda.

Dos horas y pico más tarde, la niebla ya me había alcanzado y yo seguía sentado en una piedra sin atreverme a moverme ni para un lado ni para el otro, cuando oí gritar a Marc, que ya estaba bajando la tartera. Le fui guiando a gritos hasta que apareció a mi izquierda; sólo nos separaba una decena de metros, que son los que me vi incapaz de flanquear sin ayuda pero que el tardó un minuto en cruzar. Creo que pocas veces voy a alegrarme tanto de ver a alguien (aunque siempre me puedo meter en un fregao peor, quien sabe...)

Decidimos que lo mejor era tirar hacia la cima antes que bajar toda la pedrera, ya que no estábamos muy lejos de la salida del embudo, y en la otra vertiente hay muchas pistas para volver a la carretera sin peligro. Como ya había hecho un rato antes, Marc volvió a tallar "escalones" a patadas en la nieve con las puntas de los pintxos; el corto tramo que tuvimos que descender me ayudé con el bastón que le había dejado aquél hombre, no sabe el favor que nos hizo...

Y desde ese punto, pues unos 150 m. to p'arriba, a patadas. En plena faena...



Tras mucho esfuerzo (Marc terminó hecho polvo) salimos al sendero que rodea la cumbre desde la cresta hasta el Coll de les Agudes; lo peor ya había pasado, y hasta parecía que quería salir el sol



Ya solo nos quedaba una subida de 50 m. por el cordal...



...y no sólo salió el sol, sino que nos regaló un hermoso mar de nubes: cima de les Agudes (1.706 m.)



Pocas vistas, pero espectaculares; intentamos conseguir sin éxito un "efecto broken". Aquello que se ve al fondo a la izquierda, creo que es el Camigó (o una nube muy alta...)



Y parece que las nubes nos hubieran estado esperando...



...para empezar a retirarse...



...y regalarnos una preciosa vista del Turó de l'Home y la cresta que lo separa de les Agudes


Aunque ahora podíamos disfrutar por fin de la cima, no teníamos tiempo que perder; se nos habían hecho casi las 5 de la tarde y todavía teníamos que volver a por el coche. Regresamos al Coll de les Agudes para  bajar ahora por la cara oriental


Pero antes, una última mirada hacia el lado de la tartera, de donde aparecen al fondo las cimas igualmente nevadas del Pirineo



Ahora no tuvimos problema en seguir alguna de las muchas pistas que surcan esta vertiente



Y a medida que íbamos bajando, la niebla iba desapareciendo... un contraluz



Otro



Y una última mirada al Turó y al Puigsesolles antes de meternos en el cerrado bosque


Al final acabamos pillando la niebla, pero sin complicaciones



Y aún tuvimos más suerte... unos chicos con una furgoneta nos recogieron y nos llevaron de nuevo al Coll Sesferreres, ahorrándonos 5 km. de carretera que se nos hubieran hecho interminables

Una vez más, gracias a Marc por sacarme de ese berenjenal

1 comentari:

  1. Gracias por compartir la experiencia. He hecho la ruta recientemente, y me hago a la idea.
    Celebro que todo acabara bien.

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