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Durante esta etapa y la siguiente, el GR 92 atraviesa el tramo central de la Costa Brava; se trata sin duda del sector más urbanizado, y por ello pierde en parte su identidad como "sendero" para convertirse más en un "paseo turístico", pero en contrapartida se vuelve más "mediterráneo" que nunca, remontando alcantilados, atravesando extensos pinares junto al mar, o bien bajando a minúsculas calas paradisíacas.
Durante esta etapa y la siguiente, el GR 92 atraviesa el tramo central de la Costa Brava; se trata sin duda del sector más urbanizado, y por ello pierde en parte su identidad como "sendero" para convertirse más en un "paseo turístico", pero en contrapartida se vuelve más "mediterráneo" que nunca, remontando alcantilados, atravesando extensos pinares junto al mar, o bien bajando a minúsculas calas paradisíacas.
La etapa empieza en uno de los tesoros de la Costa Brava: Begur
Desde la Plaça Forgas, la villa aparece dominada por su castillo medieval y enmarcada por el mar, a primera hora de la mañana cubierto por una fina capa de niebla, de la que emergen las Medes y las montañas del Cap de Creus, al fondo, en el otro extremo del Golf de Roses
Desde la Plaça Forgas, la villa aparece dominada por su castillo medieval y enmarcada por el mar, a primera hora de la mañana cubierto por una fina capa de niebla, de la que emergen las Medes y las montañas del Cap de Creus, al fondo, en el otro extremo del Golf de Roses
De hecho, el GR 92 no llega al Cap de Begur, el extremo septentrional del Golf de Roses, con tal de evitar largas zonas urbanizadas. Sólo hay que pasar bordeando la urbanización Aiguablava para llegar a Tamariu en poco menos de una hora
Tamariu ha sabido conservar su carácter propio; la fachada marítima y la tranquilidad de sus pocas calles recuerdan todavía al pequeño puerto pesquero que fue hasta los años sesenta
A partir de Tamariu, el GR vuelve al lado del mar...
...andando un tramo sobre las rocas...
...o bordeando los alcantilados junto a extensos pinares...
...hasta llegar a la minúscula Cala Pedrosa, otra de las sorpresas del camino
Entonces vuelve a subir, remontando un barranco que parece la selva virgen
Antes de llegar a la carretera, se vuelve a desviar en dirección al mar, para rodear el Puig de les Pasteres y retomar la línea de la costa junto al impresionante mirador del Salt de la Romaboia
Es la antesala del Far de Sant Sebastià, desde donde se divisa una panorámica inigualable.
Vista atrás, por esos bosques sube el GR
Y lo que viene por delante: Llafranc en primer término, Calella de Palafrugell detrás, y al fondo el macizo de les Gavarres y la Serra de l'Ardenya
Hacia el interior, Palafrugell
Nada más salir del faro, las terrazas de Llafranc son una tentación... invitan a pasarse aquí más rato del necesario. Es otra de las joyas de la Costa Brava
Corto tramo de paseo hasta Calella, entre medio de casas de veraneo que todavía han respetado el entorno
Calella de Palafrugell es la cuna de las Havaneres en Catalunya y uno de los más bellos pueblos de la Costa Brava; casitas blancas, callejuelas estrechas, algunos pasos bajo los frescos proches, y el olor de la sal, del mar, siempre presente en el ambiente... Un verdadero paraíso
Después de Calella sigue junto al mar, combinando algunas calles de urbanizaciones y los camins de ronda
Algunos senderos bajan a maravillosas calas escondidas, como la del Golfet
Las rocas, los árboles y el agua cristalina forman un paisaje inolvidable
Al llegar junto a los Jardins de Cap Roig, el GR vuelve a ascender para entrar en un denso bosque mediterráneo, siempre junto al mar, hasta el pequeño Puig del Terme (139 m.). Desde aquí, otra vez buenas vistas sobre el ombligo de la Costa Brava: Palamós, Calonge y Platja d'Aro. Al fondo la Serra de l'Ardenya
El camino a la Cala del Castell pasa en medio de los campos. Este paraje estuvo a punto de desaparecer bajo la epidemia del tocho
Se trata probablemente de la última gran playa virgen de la Costa Brava. La presión popular y vecinal evitaron que la tranquila Platja o Cala Castell sucumbiera hace pocos años a la especulación inmobiliaria, y se consiguió su merecida inclusión en el Pla d'Espais d'Interès Natural de la Generalitat
De nuevo junto al mar, en seguida llegamos a la encantadora Cala s'Alguer, otro antiguo barrio de pescadores que parece haberse quedado un siglo atrás, sin otro acceso que este Camí de Ronda
La costa va alternando pequeñas colinas con calas escondidas
A partir de aquí empiezan a aparecer cercanos los primeros bloques de Palamós. El GR pasa junto a las ruinas del Castell de Sant Esteve, al entrar en la Platja de la Fosca, y después continua al lado del alcantilado, bonito mirador sobre el camino que acabamos de recorrer: el Puig del Terme desde la Platja de Llevant
A tocar de Palamós, una última sorpresa: Cala Margarida es otro antiguo barrio pesquero que se conserva casi íntegramente
Y a partir de aquí, los monstruos turísticos de la Costa Brava (Palamós, Calonge, Platja d'Aro y Sant Feliu de Guíxols) esconden muchas más sorpresas inesperadas
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